- Cuánto me gustó (1 a 10): 10
- Áreas disciplinares abordadas: historia, economía, ciencias políticas
- Nivel de conocimientos técnicos para su lectura: economía, sobre todo comercio internacional avanzados (se puede leer sin saberlos, pero se usan bastantes tecnicismos y te perderás algunos capítulos si no los manejas bien)
La gráfica anterior ha sido uno de los dolores de cabeza más grande que ha enfrentado la historia económica latinoamericana. Observen que países como Uruguay, Argentina o Chile, tenían un PIB per cápita similar a países hoy desarrollados, y el resto de la región tampoco estaba excesivamente por detrás, pero 130 años después ¡la brecha es gigantesca!
¿Qué carajos nos pasó?
Hay varias formas en las que se puede contar la historia de esa brecha, una está en recopilar los factores externos, para lo cual en américa latina contamos con una rica tradición de la mano de los "dependentistas", y ciertas corrientes marxistas. Otra alternativa es buscar las causas internas, los debates, y tensiones de las elites, que llevaron ciertos resultados económicos dentro de cada país, para lo cual también existe amplia literatura histórica local y estudios de caso. Una tercera es pararse desde el mapa completo continental, entender las decisiones domésticas desde cada país, pero contextualizarlas en un conjunto de regularidades y estructuras compartidas por la región como un todo.
Ese es el énfasis que hace este interesante y provocador trabajo (no implicando que marxistas o dependentistas no tocaran este tema, pero los énfasis son distintos). Por medio de una revisión brutalmente minuciosa (lo podrán notar en lo detallado de las referencias al pie de página, es una locura) de una enorme cantidad de literatura, el autor da cuenta de como en diversos contextos las elites tomaron las peores decisiones, ofreciendo para ello interesantes ejercicios contrafácticos, al mismo tiempo que entiende muchas de esas malas decisiones como errores forzados por los vaivenes económicos globales.
Ejemplo de ello, fue el rotundo fracaso del crecimiento orientado a las exportaciones en las principales economías de la región entre fines del sXIX hasta el término de la segunda guerra mundial (considerando la crisis de 1930 de por medio), el cual como se ve, tuvo bastantes décadas para madurar. Este contexto hace difícil poder enjuiciar a las élites locales de desconfiar de los vaivenes del comercio internacional, volcándose como contra medida al "desarrollo hacia adentro" o modelo dirigido por el Estado (State-led), sacrificando al sector exportador. No obstante, esa misma desconfianza, comenta Bulter-Thomas, fue la que aprisionó a estas economías en el momento de mayor explosión del comercio internacional en la posguerra, el cual fue mucho mejor aprovechado por las economías asiáticas, así como por varios países de centro américa.
Este es el tipo de relatos que podremos encontrar constantemente en el libro, el cual por lo demás, utiliza una estructura conceptual bastante interesante, la que resumo en el siguiente diagrama de elaboración propia.
Si tienen formación económica (lo cual recomiendo para sacarle el máximo jugo a este trabajo), podrán identificar los 3 tipos de dotaciones básicas: tierra, capital y trabajo, lo que le da -y me hace pensar que por ahí va su escuela- ese gustito postricardiano a su trabajo, donde se analizan estructuralmente la interacción de estos elementos, incorporando además el rol del Estado, como agente central y articulador.
Básicamente, el esquema que nos cuenta Bulmer-Thomas, es que la región se encuentra con una disposición o lotería de bienes cuasi aleatorios (ver mapa extraído del mismo libro) que puede aprovechar como sustrato para comenzar a amasar sus primeras riquezas.
Esta dotación originaria de bienes a su vez nutre al sector productivo que el autor divide en el enfocado a vender fuera del país (sector exportador), y el que vende dentro del país (no exportador). Ambos además pueden afectarse mutuamente por medio de spill-overs o clusters productivos, dependendiendo si, de las otras dotaciones, como la disponibilidad de bienes de capital y capacidad de financiamiento, así como la mano de obra e infraestructura necesaria para explotar los bienes sorteados.
A su vez, la capacidad sinérgica de estos elementos, se ve íntegramente relacionada a las acciones del Estado, el cual del lado del trabajo, puede promover políticas que habiliten y beneficien a más obreros para ejercer; entre ellos la educación es uno de los factores centrales, sobre todo para promover una industria de mayor valor agregado (otros pueden ser pensiones, derechos laborales, sueldos mínimos, etc. aunque el libro desarrolla menos estas áreas). Del lado del capital está el uso de políticas proteccionistas, controles de cambio, impuestos, avales crediticios, entre otros instrumentos que dirijan el potencial productivo a determinadas áreas. Por último el Estado también puede invertir en activos a muy largo plazo y riesgosos, como son la infraestructura: hospitales, universidades, y sobre todo, infraestructura de transporte, la cual afecta la integración y aprovechamiento de todos los factores en general.
Por último el Estado tampoco es una entidad unitaria abstracta, cuya dinámica está mediada por intereses conflictuantes entre distintas capas de las burguesías y elites locales, donde las políticas son el resultado de los intereses de aquellas que logran sobreponerse a las demás.
No obstante, como bien sabemos, y se describe detalladamente en el libro, en la región, del lado de la producción tuvimos economías de enclave, donde la gran cantidad de recursos para la infraestructura de transportes (trenes y carreteras), que se requerían dada la compleja geografía del continente, no estuvieron sino hasta muy entrado el siglo XX, dificultando la integración económica intra países, así como intra regional; para muchos países era incluso más barato mandar productos a Europa que a ciertas zonas de LATAM o de su propio país!
Del lado de la educación tuvimos, y aún tenemos, un sistema paupérrimo, orientado a las capas altas y la elite en general, que solo a fines del siglo XX, comenzó a extenderse a los sectores más vulnerables, de la mano de gobiernos progresistas o abiertamente socialistas (aunque algunos pudieron iniciar antes, como el caso de Uruguay gracias a la impronta bienestarista del batllismo).
Por último del lado del Estado, la herencia colonial dejó una poderosa concentración de la tierra que generó un fuerte sesgo político favorable a la clase terrateniente conservadora, la cual amarró por casi un siglo las políticas económicas, siendo solo contrarrestadas a punta de expropiación o directamente, vía guerras civiles.
Pero en fin, no les quiero seguir spoileando el libro, solo me resta decir que me pareció un manual de estudio indispensable para comenzar a estudiar la historia de la economía latina.
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