A propósito del próximo proceso constituyente, se ha vuelto un lugar común tener la expectativa de que se incorporen derechos del agua, nacionalización de recursos naturales, que quede consagrado el derecho a educación, salud, y una larguísima "lista de deseos".
Ante esto te propongo que te detengas un poco en esta gráfica y me digas que ves (fórmate una opinión antes de seguir leyendo):
¿Y? ¿Logras verlo?
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Ya está bien, te estoy molestando, de hecho esas líneas rectas de mierda solo las puse como distractor, no significan nada, a menos claro que seas admirador de la Psicología Evolucionista, en cuyo caso casi que tendrías nuevo papper.
El punto que quería hacer es que si miramos un indicador de desarrollo, en este caso el Índice de Desarrollo Humano (IDH) -el cual integra el nivel de ingreso, salud y educación de un país-, y lo correlacionamos con el tamaño de la constitución medido en palabras y cantidad de leyes, simulando esta idea de constitución-lista-de-deseos, no se aprecia ninguna relación, o dicho de otra manera, son eventos "independientes".
Acá usé el IDH porque es un índice bien rico, pero los reto a graficar estos datos contra cualquier indicador de desarrollo, y vean si hay relación significativa, casi podría apostar a que no encontrarán nada, ni positiva, ni negativa, porque la cantidad de cosas que escribamos en un papel NO guardan una relación lineal con la realidad.
Se que los abogados y gente cercana a ese mundo lo tienen más que claro, sin un poder coercitivo o instituciones que hagan que la ley se cumpla, es letra muerta, o queda atada a la "voluntad" de las personas.
Pero una segunda vuelta de tuerca que no todos los abogados o gente lejana a las ciencias sociales (y tal vez más de alguno cercano, pero poco estudioso) han hecho, es que aún con todas esas condiciones óptimas, existen mil condiciones más que intervienen para que la ley no se aplique como se espera.
Aquí voy a usar los grafos acíclicos dirigidos, y de paso mostrarles como usarlos para pensar sistemáticamente.
Digamos que tenemos un modelo reduccionista tal que una ley produce un efecto Y en su aspecto regulado (eg. transparencia, acceso a educación, acceso a transporte, etc), y cualquier cambio en tal ley produce un cambio en Y, así.
Esto es, cualquier efecto que una ley tenga sobre su objeto regulado, depende de las distintas configuraciones institucionales para que se cumplan, aunque otras variables como las económicas o geográficas pueden influir, solo menciono instituciones por simplicidad. Hasta aquí todo bien, aún es salvable el imperio de la ley, salvo por un detalle ¿Quién escribe la ley o configura las instituciones? Los actores, o como señala la literatura los "hacedores de políticas" (policy makers, usare una definición amplia de esta que refiere a los actores que influyen directamente en la definición de las políticas, ie. legislativo y ejecutivo)
Si incluimos a este actor en el mapa, nos da la siguiente relación, y ya vemos que complicado se empieza a poner el asunto.
Detengámonos un poco en lo que nos está diciendo el diagrama. Distintas características de los policy makers, pensemos por ejemplo en su ideología política, influirá en las leyes que generen y en el tipo de instituciones que diseñen para hacer respetar la ley. El objeto regulado pueden ser también las instituciones, pero omitiremos esa relación acá.
Claramente si quien hace la ley es también quién la ejecuta o influye en su ejecución, supondría demasiado poder o conflictos de interés y voilá, llegas a la respuesta que autores como Montesquieu o Tocqueville llegaron hace siglos atrás, dividir poderes del Estado, check and balances, etc.
Aquí es donde toda esa teoría política cobra maldito sentido. Podrán preguntarse ¿y qué pasa si el objeto regulado, es justamente la separación de poderes, o que se yo la transparencia y rendición de cuenta de los policy makers? ¿No hay una suerte de paradoja de que el regulado se regula a sí mismo?
SI, ese es todo el puto punto, y es un lugar común de las ciencias políticas. Tal vez el ejemplo clásico de esto sean los sistemas electorales ¿Quién decide las circunscripciones? ¿El sistema de listas? ¿El cálculo de votos a escaños? Los policy makers, para qué ¿para elegir a los policy makers? SI
¿Entonces los actores por los que votamos han definido las reglas con las que votamos? Nuevamente sí, lo tenemos naturalizado, y aunque suene absurdo es así, ver por ejemplo las circunscripciones de EEUU, y la aplicación del gerrymandering; doblar ingenierilmente las circunscripciones para que estas beneficien artificialmente a ciertas coaliciones. E insisto esto es así en todas las democracias representativas (aunque con distintos grados de descaro).
Es por esto que aún dadas las condiciones óptimas, la traducción de la ley a la realidad al pasar por tantas manos y mediaciones, hacen del proceso algo no lineal (resulta difícil inferir el resultado final de la ley a partir de su simple redacción).
Sigamos mirando el extremo derecho del diagrama, como mencionamos, este puede incluir también las reglas del juego que constriñen a los policy makers, tales como las políticas de transparencia, las electorales, o independencia de poderes del Estado. Esto esto es relevante, ya que si bien puede existir la paradoja de que el regulado se regula a sí mismo, existen otras variables que influyen en los policy makers, solo pondré algunas relativamente conocidas.
Los partidos políticos promueven y dan plataforma para la competencia electoral a los futuros policy makers, los empresarios financian campañas o mantienen redes informales de contacto con policy makers, y los movimientos sociales pueden ejercer presión en los policy makers, por ejemplo afectando su popularidad y capacidad de ser reelectos. Esta nuevamente es una simplificación, por ejemplo entre partidos políticos y movimientos sociales también pueden existir relaciones, así como entre empresarios y partidos, relación que omitiremos.
La historia que nos cuenta este diagrama es que los policy makers y las leyes que redactan e influencias que ejerzan sobre las instituciones que las hacen cumplir, no solo responden a sus intereses personales, si no también a presiones externas, que a veces los obligan a auto restringirse.
Un ejemplo de ello es la extensión del sufragio universal, según Acemoglu y Robinson, este se dio como moneda de pago ante la amenaza revolucionaria. Esta moneda de cambio a su vez cambió las reglas del juego: en parte las clases dominantes se vieron obligadas a tener que escuchar y ceder en ciertas cosas, por ejemplo, aceptar políticas distributivas de riqueza.
En el fondo, cambiar las reglas del juego político, median en las cosas que los policy makers pueden o no hacer, o a quiénes tienen el deber de escuchar, y bajo que condiciones.
¿Y por qué es relevante esto? ¡PORQUE ESOS TEMAS TAMBIÉN VAN EN UNA CONSTITUCIÓN! Cada cambio en las reglas del juego cambian los incentivos, siguiendo la línea argumental del sufragio, si la continuidad del poder de un policy makers, depende de obtener votos, entonces tiene incentivo a responder a los intereses de sus electores, pero si el sistema de listas para las elecciones es de lista cerrada, donde el orden de los candidatos es definido por la dirigencia del partido, entonces los incentivos del candidato es ganar el favor de la dirigencia. Por supuesto los incentivos del elector o de los movimientos sociales también se ven modificados por estas reglas, alterando por ejemplo, su objeto de presión para que sean más efectivas.
¿Empiezan a entender lo enredado que es el asunto? Este es un verdadero trabajo de ingeniería, particularmente ingeniería de incentivos, donde se plantean múltiples escenarios del tipo "what if" ¿Qué pasa con los incentivos si cambiamos de sistema bicameral a unicameral? ¿Qué pasa si volvemos al voto obligatorio? ¿Si pasamos a un parlamentarismo? ¿Lotocracia? etc.
Muchas de estas preguntas de hecho terminan en programas de investigación, y se pueden intentar responder empíricamente, ahora imagino entienden porque es tan importante la ciencia política, y empezar a estudiar estos temas de cara al proceso que se nos viene.
Discutir sobre incluir derechos en la constitución es algo totalmente loable, de hecho si miramos el gráfico de cajón y bigotes de la primera figura, notamos que habría cierta asociación entre si la constitución consagra la salud gratuita y el acceso a la salud, por lo que no es algo desatendible, pero es preciso enfatizar que esto no depende de la lista de deseos que pongamos en el papel, sino de las reglas que le impongamos a quienes al final del día, terminarán convirtiendo esas palabras en políticas.
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